No se si me duele porque te fuiste... o por las tres tazas de café que me tomé.

El angel que deseaba ser un hombre.

Estaba claro, él sabía que su destino era ser un hombre el día en que conocío el amor.
Miró su contoneo de caderas y aquella falda roja, que seguramente era el camino de la perdición, pero al mismo tiempo, el camino a la gloria.
Angel, tenía más de un mes mirandola pasar cada mañana, con ese par de tacones negros que a simple vista daban la impresión de que Lucía -había investigado su nombre dos semanas atrás- levitaba sobre el suelo, rozando así, el concreto de la banqueta de enfrente. Esperaba con gran paciencia las 8:00 a.m. de cada día para disfrutar 30 segundos de gloria que ella le brindaba al día.
Aquella mujer, era como la más bella obra de arte nunca antes vista, todo en carne y hueso, la más impresionante melodía y el deseo prohibido de aquél ser, que estaba indeciso entre el "Ser o No Ser", solo por una mujer.
El 3 de Abril, sin duda alguna fue la fecha que cambío su vida de una manera radical. Angel había sido encomendado a una importante misión, que consistía en cuidar una vida nueva desde su alumbramiento hasta el último día de su existencia. Si algo le gustaba a él, eran los niños, se desvivía por ellos y de vez en cuando jugaba con ellos, les brindaba una oleda de aire con sus enormes alas, y entonces, los seguía a toda prisa por una inmensa calle, para después, caer rendidos bajo un árbol y tomar una larga siesta que se prolongaba algunas veces hasta 2 horas.
Para Angel, la idea de acompañar a un chiquillo desde su nacimiento le parecío fascinante y al enterarse de su nueva misión, no dudo ni un segundo y salío volando hacia el hospital del Roble. Al llegar ahí corrío y buscó a toda prisa la habitación 82 y tal fue su sorpresa llegar en el momento justo del parto, sin lugar a dudas el momento más precioso que sus ojos habían visto jamás, al ver tal escena Angel no pudo evitar tener una sensación de paz, su cuerpo se lleno de tranquilidad, sus alas se extendieron y por su rostro se deslizaron unas gotas de amor. ¿Qué fue eso? Pensaba mientras sus perfectas manos rozaban sus mejillas y sentían aquel líquido totalmente extraño para él, lo examinaba, lo probaba y no podía llegar aún a ninguna conclusión.
Estaba perdido entre el mar de sus pensamientos cuando el sonido de unos tacones lo desconcentró, al escuchar aquellos rítmicos pasos dirigío la mirada hacia el lugar de origen y fue en ese momento en que su vida giró en un ángulo de 360 grados. Angel, la miró, era totalmente perfecta. Estaba seguro de eso, porque al verla escuchó un sonido que lo hipnotizo y lo hizo caer dentro de un vaivén de flores, animalitos campestres y mariposas que de inmediato se trasladaron hacia su estómago, haciendolo así, sentir un gran escalofrío.