Hoy sentí de nueva cuenta
tu violento abrazo sobre mi cuello,
como horca mortal apretabas mi garganta,
el aire era poco y no te interesaba saber más,
tu humanidad contra la mía era lo que importaba;
Una vez más contigo,
ante toda la gente que nunca se percató del sufrimiento al que me condenabas,
robándome el aliento en forma bestial,
y ahí seguías tú... abrazándome por el cuello.
Hoy vuelves a ese dónde estarás hasta nuevo aviso,
para esperar tranquila a ser cogida nuevamente por mi inocente mano
que te guiará por entre mi cuello
trazando un camino sin memoria del daño que ocasiona tu elegante y pomposa compañía.
~Rafael Ibarra De La Torre.